La elección de la talla correcta parece un asunto trivial, sobre todo si llevamos años montando moto y hemos adquirido una cierta seguridad con respecto a lo que es adecuado o no para nuestro físico. Pero hay ocasiones como, por ejemplo, la elección de un nuevo casco, en las que podríamos no tomar la mejor decisión debido a que estamos acostumbrados al viejo casco, que ya nos queda tan cómodo como una pantufla.

Es por esto que no podemos tomar la decisión basándonos solo en nuestro invencible sexto sentido, sino que tenemos que considerar factores más objetivos. Por ejemplo, ¿cuál es la circunferencia de mi cabeza? A pesar de que llevo años usando un casco L y lo encuentro cómodo, ¿estamos seguros de que esa es mi talla de casco?

Pues, vamos a usar el método empírico para despejar cualquier duda. Esto es lo que podemos hacer: vamos a pasar una cinta métrica (la típica cinta amarilla enrollada) a alrededor de 2 cm por encima de las cejas; es necesario tomar las medidas de la parte más ancha de la cabeza colocando la cinta a la altura de las sienes, en la parte posterior del cráneo y de nuevo hacia la frente. ¿Ya lo hemos hecho? Pues ahora, vamos a anotar la medida (es importante tener en cuenta incluso el medio centímetro, sin redondear) y comparémosla con la tabla de tallas que aparece a continuación.

En caso de dudas porque, por ejemplo, nuestra medida está entre dos tallas, podemos probar el casco con la talla más pequeña entre las dos. Es recomendable considerar la talla menor porque, como ya sabemos, el casco después de algunas horas de uso ya comienza a adaptarse a la forma de nuestro rostro, por consiguiente, un casco ligeramente cómodo desde la primera vez podría resultar ser demasiado ancho después de algunas semanas de uso, lo cual perjudicaría nuestra seguridad.

También hay que tener en cuenta que en algunos casos se pueden cambiar las partes interiores con otras de medida inferior o superior. Esto nos permite personalizar a la perfección nuestro casco y obtener la mayor comodidad.

¿Cómo elegir la talla adecuada del casco?   

Este es otro argumento de gran interés y muy discutido entre los motociclistas. Antes de todo, tratemos de aclarar algunos aspectos. Todos los cascos racing son necesariamente más ruidosos que los cascos sport-touring, y esto se debe a que incluyen varias entradas de aire necesarias para garantizar el grado de ventilación adecuado incluso en las condiciones de uso más intensas. Además, el factor velocidad influye en gran medida sobre el ruido, porque la formación de turbulencias alrededor del casco es directamente proporcional a la velocidad de avance.

Por tanto, si queremos que nuestro casco racing de alta gama sea silencioso a velocidades muy elevadas (no te olvides de respetar siempre el Código de Tráfico y Seguridad Vial) puede que le estemos pidiendo demasiado…Ahora que ya conocemos este detalle con respecto al concepto de ruido, sigamos adelante para conocer cuáles son las variables que nos permitirán limitarlo.

Un factor que influye sobre el ruido percibido es el tipo de moto, que determina una mayor o menor turbulencia en el casco. Con una naked, el motociclista está casi completamente expuesto al aire, con respecto a una maxi enduro, que puede estar equipada con un parabrisas alargado. También la postura que asumimos mientras conducimos influye sobre el ruido, ya que la posición de la cabeza determina un coeficiente de resistencia aerodinámica diferente, así como la altura del motociclista.

Mientras más altos seamos más sobresaldremos de esa especie de burbuja aerodinámica que se crea cuando la moto está en movimiento. La complexión del motociclista también puede influir en la mayor o menor presencia de turbulencias alrededor del casco, así como la forma y el tamaño del rostro. Una cara más afinada dentro de un casco M con respecto a una más redondeada dentro del mismo casco, de la misma talla, podría estar expuesta a un nivel de ruido mayor, ya que se tiene un espacio más amplio dentro del cual se pueden crear turbulencias; además puede que el acolchado del casco no quede bien adherido al rostro.

Como conclusión. Una vez que hayamos elegido el casco adecuado para nosotros, para nuestra moto y para nuestro modo de conducir, podemos tomar algunas medidas que nos permiten reducir la percepción del ruido y mejorar nuestra experiencia de conducción, como por ejemplo, el montaje de una cúpula aftermarket, la adquisición de un parabrisas alargado o más simplemente recordarse utilizar el Stop Wind (si se incluye) y un pañuelo para el cuello. Además, ser conscientes de la postura que adoptamos en nuestra moto nos puede ayudar a disminuir el ruido.

¿Cómo podemos optimizar la acústica de un casco?   

La primera regla es limpiarlo. Porque nuestro amigo protector tiene que estar siempre limpio dentro y fuera para que pueda dar lo mejor de sí. Las malas costumbres pueden crear problemas a largo plazo para nuestro casco, por tanto, es recomendable evitar malos hábito, como:

Cerrar el casco con la cadena que pasa a través de los anillos de protección antirrobo cerca de la rueda delantera o trasera.

Es evidente por qué un comportamiento como este es erróneo, pero a pesar de eso, muchas veces vemos cascos con el lado de la calota o las partes interiores en contacto con el suelo. Además de provocar abrasiones y arañazos, esta costumbre va en contra de las más sencillas normas de higiene.

Aunque parezca un comportamiento normal, en realidad puede crear problemas. Esto se debe a que el equilibrio es muy inestable y si lo dejamos apoyado en la moto, el casco podría incluso caerse y golpearse contra el suelo; además, apoyarlo sin prestar atención sobre una superficie rígida por la parte de la calota podría provocar la rotura de una entrada de aire, además de rayarse.

Si queremos modificar el aspecto exterior del casco, tenemos que evitar el uso de pintura en spray o cualquier otro tipo de pintura que pueda alterar la estructura de la calota, así como la colocación de objetos para los cuales se necesite su perforación. Esto se debe a que las pinturas no adecuadas para este uso pueden modificar la estructura de las pinturas de serie, causar daños desde el punto de vista de la seguridad y, por consiguiente, el vencimiento de la garantía del producto.

Además, los elementos externos con superficies adhesivas de tipo industrial requieren mucha atención si se quitan de la calota, porque podrían dañar la pintura. También en este caso se vence la garantía si de este comportamiento se deriva cualquier tipo de problema.

Está de más decir que el casco se puede dañar si se expone a temperaturas superiores a los 50°, relacionadas con fuentes directas de calor, por tanto, prestemos siempre atención a no colocarlo cerca de tubos de escape, estufas, cocinas, chimeneas, etc.

Si hace un poco de tiempo que no comprobamos el estado de nuestro casco, deberíamos dedicar algunos minutos a esta tarea, a fin de cuentas, es el protector de la parte más importante de nuestro cuerpo.

¿Cómo podemos mantener siempre eficiente nuestro casco?

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